MERCEDES PADILLA es una pionera: cuando estudió la carrera era la única mujer. “Entonces hacían falta 17 años para ser directora”. Se empleó con tal afán que consiguió sacar cinco titulaciones superiores: dirección, solfeo, pedagogía musical, piano y composición. «Pero luego sigues estudiando. Nunca dejas de estudiar”.
Es catedrática de contrapunto y fuga. Fundó la Orquesta Villa de Madrid. “Soy empresaria. Trabajamos con contratos y eso hace que tengamos que mantener una calidad muy alta”. Dirige con traje pantalón o esmoquin negro. Nunca con falda o vestido. “Hay quien ensaya mirándose al espejo con la batuta y haciendo posturitas, yo no”.
Su obra predilecta es la Pasión según san Mateo, de Bach. Su marido, solista de órgano, le regaló una composición para que la dirigiera. Fue el concierto más emotivo de su vida.
Nacida en Madrid, en una familia que poco tenía que ver con los pentagramas, Mercedes llegó a la adolescencia con un piano como compañero. «Desde los 15 años, comprendí que mi vida estaba ligada a la música y, aunque seguí mis estudios, e incluso me matriculé en la Universidad, pronto terminé abandonandola». Dejó los libros, para cambiarlos por las escalas, con tal afán que consiguió sacar cinco titulaciones superiores de música (dirección, solfeo, pedagogía musical, piano y composición) en un tiempo récord. «A los 22 años ya era profesora del Real Conservatorio Superior. Le dediqué tanto esfuerzo que hubo años que aprobé dos cursos en uno».


Desde la distancia, Mercedes recuerda que el hecho de ser mujer le creó más de un problema para dirigir. «En mi presentación en el Teatro Real me pusieron muchas dificultades, cuando el contrato ya estaba cerrado». Eso le llevó a pensar en crear su propia formación, la Orquesta Villa de Madrid.

Imposible recordar todas las ciudades, españolas y de otros continentes, en las que esta directora ha ofrecido parte de su extenso repertorio. Lo único que le falta es tiempo para componer. Entre las clases, ahora ya como catedrática de Contrapunto y Fuga, y los conciertos, afirma que casi no saca ni un rato para tocar el piano.
Fuentes: www.elmundo.es
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